Explorando al sudoeste de Staghorn, el grupo encontró una casa que resultó ser la guarida de Jack, el asesino que aterrorizaba el asentamiento. Tras lidiar con los gremlins que infestaban la vieja mansión, el grupo se enfrentó a Jack en la buhardilla, pero la extraña criatura (1,20 de altura, patas de cabra y cuernos) escapó saltando desde una ventana. La persecución llevó al grupo a una colina cercana, donde Jack se había refugiado en un circulo de piedras. Otro duende, un peligroso Red Cap, calzado con botas metálicas y empuñando una guadaña se unió a la lucha pero ambos fueron eliminados, no sin antes mencionar que "la Dama" les vengaría.
La exploración de la zona circundante les llevó hasta un río donde encontraron a una expedición de gnomos con uno de sus carros a punto de ser arrastrado por la corriente. El líder de la expedición Narthropple desconfiaba del grupo, pero la ayuda prestada para salvar el carro en peligro le convenció de negociar. Se trataba de un grupo de gnomos exploradores interesados en encontrar una antigua fortaleza enana. A cambio de información sobre los lugares descubiertos por el grupo les proporcionaron la localización de una antigua Fortaleza Élfica situada en dirección oeste.
Siguiendo su exploración hacia el oeste el grupo halló a un grupo de leñadores en disputa con una nixie (duende acuática) que había hechizado a dos de ellos como castigo por cortar los árboles de la zona. La nixie Melianse reclamaba que se repusieran los cinco árboles cortados. Cuando el grupo medió para solucionar el enfrentamiento, Melianse les dijo que la dríada Tiressia, cuyo hogar estaba unas millas hacia el oeste, disponía de árboles mágicos. El grupo se dirigió hacia la arboleda de Tiressia para resolver el conflicto.
Llegando a la arboleda de Tiressia, la driada solicitó su ayuda contra un árbol monstruoso que la amenazaba. Tiressia les prometió darles los árboles mágicos (feather tokens - trees) a cambio de la destrucción de tal amenaza. El grupo se preparó para la batalla contra el árbol guadaña. El combate fue muy duro pero el grupo logró prevalecer. Tiressia cumplió su palabra y les recompensó con los objetos mágicos que necesitaban además de dos pociones de curación y una varita de curación, entre otras cosas. Además Tiressia se comprometió a mantenerles informados sobre posibles amenazas en el bosque, aumentando así la estabilidad de la Baronía. Tiressia confirmó que la antigua fortaleza élfica señalada por Narthropple era ahora la guarida de peligrosos duendes oscuros, quizás los que enviaron a Jack el asesino contra Staghorn.
Una vez recuperados los árboles mágicos el grupo solventó el enfrentamiento entre los leñadores y Melianse e hicieron noche junto a su lago. Ferulian intimó con la nixie Melianse y esta se comprometió a vigilar los ríos de la Baronía, contribuyendo a afianzar la estabilidad de las Staglands.
La exploración prosiguió esta vez en dirección este, de retorno a Staghorn. Más allá del lugar donde derrotaron al Árbol Guadaña, nuestros heroes se toparon con un excéntrico ermitaño y su puma amaestrado. El ermitaño les atacó por sorpresa. Tras ser derrotado y haber matado al puma, el grupo encontró el mapa de un tesoro oculto en los Túmulos, entre los ríos Gudrin y Shrike. El mapa decía que un arma poderosa se ocultaba allí pero también advertía de los peligros y del guardián no muerto que la custodiaba. También encontraron un portraretratos con el retrato antiguo de una mujer. Atando cabos se dieron cuenta que podría tratarse del hermano perdido de Bokken, el fabricante de pociones.
Siguiendo con la exploración el grupo llegó hasta las orillas del lago Tuskwater, al sur de Staghorn. Allí encontraron la choza de una vieja iracunda de aspecto amenazante que resultó ser la bruja del pantano, la vieja Beldame. Beldame era una vieja cascarrabias pero el grupo logró apaciguarla. A cambio recibieron el encargo de traerle unos exóticos hongos de cascabel negro que crecían al sur del lago Tuskwater.
De vuelta a Staghorn el grupo recibió noticias de varios asesinatos y de rebaños de animales atacados en los alrededores de la ciudad. Sospechando la actividad de un licántropo, el grupo lo emboscó y abatió a las afueras de Staghorn. Resultó ser un bárbaro Kellid.
Tras unos días de descanso, nuestros heroes partieron hacia el este de Staghorn. Su intención era recuperar el arma mágica del túmulo para poder batirse contra los duendes que ocupaban la antigua fortaleza élfica. Tras cruzar el rio Shrike se encontraron con Aullido del Norte, un wargo que había causado grandes problemas en la zona. La bestia fue liquidada junto con los lobos que la acompañaban.
El grupo llegó al Páramo Solitario pero pronto las cosas se empezaron a torcer por un exceso de confianza. Galadon cayó presa de una trampa mágica que le drenó la fuerza y el guardián de la espada resultó ser un letal tumulario, que drenaba la fuerza vital con sus salvajes golpes. El grupo logró escapar a duras penas, con Solanthus gravemente drenado.
Nuestros héroes regresaron a Staghorn para restablecerse y preparar un nuevo asalto al Túmulo. Al llegar les sorprendió la presencia de un guerrero, Miltiades, que se puso al servicio de Ferulian diciendo que había recibido sueños premonitorios sobre la Baronía. Pronto una nueva amenaza se cernió sobre Staghorn. Un bardo de nombre Grigori desacreditó al grupo acusándoles de abandonar a los ciudadanos y sólo preocuparse de sus aventuras. Militiades desempeñó un papel esencial en la desactivación de esta insidiosa amenaza. Grigori fue finalmente expulsado, no sin antes averiguar que había sido enviado desde el Reino de Pitax, mucho más al este del bosque de las Narlmarches.
Preparado adecuadamente esta vez el grupo logró liquidar al temible tumulario y hacerse con una espada bastarda mágica, quebrada pero aún plenamente funcional, que sería sin duda de gran utilidad contra los duendes malvados.
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