The country of Brevoy

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Sunday, January 27, 2013

Entre nabos y un sicomoro, mites y kobolds

“Al día siguiente aparece un nuevo aventurero, calvo y con bigote. Se presenta como Jhod Kavken, clérigo de Erastil, Dios de los cazadores, el comercio, la familia y la agricultura. Después de curar a nuestros heridos, nos señala que hay un templo perdido de Erastil, en el bosque, al sur del puesto de Oleg. Quiere encontrarlo y restaurarlo. Si le ayudamos, nos prestará sus servicios de por vida. Nos explica que lo ha visto en una visión. Oleg nos comenta que cerca hay un fabricante de pociones, Bokken y que su choza está 12 millas al este. Partimos hacia el suroeste, en busca de los rábanos de la luna. Al segundo día encontramos en un claro del bosque los famosos rábanos. De hecho, lo que encontramos es un grupo de 4 kobolds tirados con el vientre hinchado, aparentemente empachados de rábanos, que guardan en cestos. Son las 11 de la mañana. Los despachamos rápidamente (uno de ellos es cortado en dos por el mandoble de Solanthus, otro es destrozado por una de mis jabalinas). Recogemos los rábanos y volvemos a nuestra ya familiar base en el puesto de Oleg. Nos encontramos con que los bandidos ya han sido trasladados a Restov por los guardias, y que han colgado nuevos pasquines de ¨Se Busca¨: los kobolds de las Kamelands, de la tribu Sootscale (kobolds de una tribu diferente a los que liquidamos al recuperar los rábanos). Se nos pide encontrar su guarida y destruirlos o pacificarlos (recompensa: 800 gps). El clérigo de Erastil vuelve a ofrecernos sus servicios y los guardias han empezado sus trabajos de construcción de acuartelamientos. Nuevos obreros se van incorporando al puesto de Oleg. Descansamos, nos reaprovisionamos y volvemos a partir con el siguiente amanecer.Encontramos lo que parece ser la entrada de unas cuevas en la base de un acantilado. No vemos movimiento. Dejamos los caballos a resguardo y nos acercamos. La entrada de la cueva es muy grande (unos 10 metros) y parece que hay alguna veta de oro. Puede ser un sitio ideal para establecer una mina. Entramos en la cueva, descendiendo con cuerdas. La veta se extiende aparentemente hacia el interior de la montaña. Salimos y continuamos nuestro viaje por las colinas en busca de guarida de los mites y su sicomoro en la entrada. Hacemos noche sin incidencias. A la mañana siguiente, un árbol, visible a millas de distancia nos llama la atención. Puede ser el sicomoro, al que llegamos pasadas las 3 de la tarde. En las cercanías encontramos 3 cadáveres saqueados de kobolds. Tienen la piel pintada y sus heridas parecen provocadas por armamento mite (dardos y dagas). El árbol es enorme y entre sus raíces aparece la entrada de un túnel, pequeño para nuestro tamaño. Si entramos deberíamos ir agachados. Mis compañeros negocian con los mites. Fueron atacados por kobolds, que les robaron el anillo que nosotros veníamos buscando. Decidimos aliarnos con ellos e ir a por los kobolds. Pero vamos con Mikmek, un kobold que estaba prisionero de los mites y que cree que vamos a ayudar a los suyos (pobrecito iluso). Nos reciben fuera de su guarida el jefe Sootscale y 8 de los suyos. Ellos están muy interesados en recuperar una estatua que tienen los mites. Tartuk, el shaman, quien habla un perfecto común, nos dice que la estatua es de Dienteagudo, una deidad poco conocida a la que venera este clan. Es un Dios que supuestamente conduce a los kobolds a la victoria y creen firmemente que si no la recuperaran el clan sufrirá terribles maldiciones. La nula diplomacia de Galadon acaba por reventar la negociación y el jefe Sootscale acaba ordenando que nos ataquen¨

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